agosto 21, 2009

Dia 4


Despierto a las 8:30. Me duele mucho la cabeza y estoy muy mareado. Casi tanto como cuando me enfermo.

Salimos en el coche y llegamos a un bosque. Si digo que tupido me quedaría muy corto.

Caminar en el bosque tiene un efecto tranquilizador que pocas medicinas tienen. Escuchar los ruidos de la selva y ver todos los tonos de verde hacen que se me olvide el malestar general por un rato.

Después de caminar sin rumbo por un rato, llego al inicio de la vereda que lleva al pie de una cascada.
Las cascadas siempre me han gustado y más cuando tienen algún lugar en el que me puedo meter a chapotear. Por desgracia, por una vez mi sentido común apareció y decidí no meterme para no empeorar la enfermedad que venía aumentando.

Finalmente, y sólo después de comer una gran torta de atún, la gripa gana y me tengo que refugiar en el hotel. Si descanso (y tomo mis drogas fuertes), tal vez mañana me levante bien y puedo volver a las vacaciones.

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